Y, aunque la ciencia era lo único que realmente le apasionaba no era de aquellos que pensara en que el mundo gira alrededor de su forma de ver las cosas. Entre otras bonitas frases destacables de sus cartas hay éstas:
Mientras busca lo que pueda fascinarle, no deseche por completo la posibilidad que pueda encontrarlo fuera de la física. El hombre feliz en su trabajo no es el especialista estrecho de miras, ni el hombre completo, sino el hombre que está haciendo lo que le gusta hacer. Debe usted enamorarse de alguna actividad.
A otro estudiante le dijo: estudie arduamente lo que más le interese de la forma más indisciplinada, irreverente y original que pueda. A otro joven que buscaba consejo en él le escribió: No puedes desarrollar tu personalidad sólo con física. El resto debe entrar.
Nobel de Física, 2009: Para los Maestros de la Luz
Quien en la actualidad toma un auricular de un teléfono o se conecta a la Internet utiliza una tecnología revolucionaria: con la fibra óptica de vidrio se logró transmitir datos a altísima velocidad, lo que permitió el establecimiento de comunicaciones telefónicas claras entre por ejemplo parientes separados por miles de kilómetros y el envío alrededor del mundo de imágenes, textos y voz en una fracción de segundo.
Los cables de fibra de vidrio constituyen el eje central de nuestra sociedad de la información. Un segundo, pero no menos revolucionario invento óptico se encuentra en cada cámara digital: un chip sensible a la luz, el CCD (dispositivo de carga acoplada), que les permitió a los científicos de las más variadas disciplinas dar nuevas miradas a sus objetos de estudio. Ambos logros fueron distinguidos hoy por la Real Academia Sueca de Ciencias en Estocolmo con el Premio Nobel de Física.
Charles Kao, ciudadano británico y estadounidense nacido en 1933 en China, reconoció en los años 60 el potencial de la fibra de vidrio. En 1966, mientras trabajaba en los Laboratorios de la empresa Standard Telecommunication en la localidad británica de Harlow, calculó que la fibra de vidrio permitía una transmisión de datos a lo largo de 100 kilómetros, cuando el estándar de ese momento era de sólo 20 metros.
Sin embargo, sólo cuatro años después se logró fabricar el primer cable de fibra óptica de vidrio libre de impurezas necesario para la transmisión a larga distancia. En la actualidad se colocaron más de 1.000 millones de kilómetros de fibra óptica en todo el mundo, lo que, si se los uniera equivaldría a dar 25.000 vueltas al mundo. Y cada hora se agregan algunos miles de kilómetros más. Las fibras ópticas de vidrio cargan con casi la totalidad del tránsito de comunicaciones telefónicas y de datos en el mundo, subrayó el Comité Nobel.
También las conversaciones por teléfono móvil terminan en la red de fibras ópticas. "Que esta conferencia de prensa de anuncio del Premio Nobel se pueda ver en todo el mundo a través de la televisión se lo debemos después de todo al trabajo de Charles K. Kao", subrayó Joseph Nordgren, miembro del Comité Nobel. Kao, de 75 años, recibe la mitad del premio dotado con diez millones de coronas suecas (casi un millón de euros o 1,44 millones de dólares).
Sin la tecnología desarrollada por Kao no existiría Internet ni las comunicaciones telefónicas en la magnitud y a los precios que las tenemos en la actualidad. "Esta es la base para toda la tecnología de la información. Y entretanto tiene un papel en todos los ámbitos de la vida", dijo Godehard Walf del Instituto Heinrich Hertz en Berlín.
Pero la importancia trasciende a las comunicaciones, subrayó Lukas Eng, de la Universidad Técnica de Dresde. Los sensores en el ámbito de la medicina y para medir gases de escape son construidos aplicando ese principio. Las fibras de vidrio se pueden introducir en venas o incluirse en endoscopios. "De esta manera se pueden observar tumores o hasta destruirlos".
Los sensores CCD, por cuyo desarrollo los investigadores estadounidenses Willard Boyle, de 85 años, y George Smith, de 79, se repartirán la otra mitad del dinero del Premio Nobel, también tienen una amplia aplicación. Desde el telescopio espacial "Hubble" hasta los análisis de ADN, estos chips ayudan a los científicos a hacer visible lo hasta ahora invisible. Están incluidos en microscopios y aparatos de rayos X, en aparatos de fax y escáner, en cámaras de televisión y teléfonos móviles capaces de tomar fotografías. En el ámbito de la medicina, los sensores CCD proveen imágenes del interior del cuerpo, con frecuencia en combinación con cables de fibra de vidrio como endoscopio.
El chip fotográfico usa el efecto fotoeléctrico, por el cual Albert Einstein recibió en 1921 el Premio Nobel de Física: si la luz impacta en un cuerpo conductor o semiconductor, se pueden liberar partículas de carga negativa (electrones). En los fotosensores desarrollados por Boyle y Smith en los legendarios Laboratorios Bell, los electrones se reúnen en celdas individuales y son leídos sucesivamente y transformados en puntos de imagen (pixel).
El "descubrimiento astuto y extremadamente refinado" de Boyle y Smith "derivó en una verdadera explosión de aplicaciones en los últimos diez años", dijo el profesor de electrónica Christer Svensson, miembro del jurado que otorga los Premios Nobel, en una entrevista con la agencia dpa. Para Boyle, uno de los momentos más movilizadores fue cuando una sonda espacial transmitió a la Tierra las primeras imágenes de la superficie del planeta Marte. "La sonda estaba sobre la superficie de Marte y usó una cámara como la nuestra. Esto no hubiese sido posible sin nuestro invento", dijo orgulloso el galardonado en una comunicación telefónica con el Comité Nobel. "Vimos por primera vez la superficie de Marte. Eso fue muy excitante", añadió (El pais. Costa Rica)